Fue martes y trece, pero la culpable de tu muerte no fue la superstición, ni siquiera la fatalidad, porque tu muerte era evitable.

Tu muerte, Irene, habría sido evitada en una ciudad diseñada para las personas y en una calle diseñada teniendo en cuenta a las bicicletas.

Pero han pasado cinco años y Autonomía sigue siendo una calle autopista pensada para el vehículo, el único que importa a @bilbao_udala, responsable de tu muerte.

Mientras, @Bilbao_Polizia multa a un padre por cruzar el parque en bici acompañado de dos menores, que disparate!

Hemos aprendido a vivir sin tu sonrisa, que remedio! pero, hemos perdido calidad de vida.

Aunque sabemos q somos tráfico, las ciclistas urbanas nos hemos convertido en estorbo, somos el enemigo.

Seguimos siendo carne de camión.
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