Año tras año, y van más de 20, agradecemos a la bicicleta todo lo que nos ha hecho gozar enseñando a otras personas a montar en bicicleta. Lo hacemos a través de dos semanas de voluntariado en mayo y octubre que, curiosamente, siempre se llenan sin necesidad de publicidad.

Las rampas del museo marítimo son, año tras año, testigos de la lenta pero continua evolución de un alumnado increíble. Son personas, la mayoría mujeres, tenaces, osadas, sufridas…impartir este curso es un regalo.

Cada una tiene su ritmo en la búsqueda del equilibrio. Hay quienes ya pedalearon de jóvenes y otras para las que siempre fue una deuda que les ha costado años saldar.

Somos conscientes de que una semana no es en muchos casos suficiente

Pero mientras tanto, y como dice Mari Cruz, por todo lo que disfrutan, tienen todo un verano para pedalear buscando y conservando el difícil equilibrio porque, las bicicletas son no sólo sino también para el verano.

Ahora ya saben que la clave es mirar al espacio y no al obstáculo e ir relajando la musculatura agarrotada en estos primeros días.

¿Podemos apuntarnos ya al de septiembre? preguntan alegres porque, el curso de aprender a andar en bici es el único en el que están deseando repetir en septiembre.

Como siempre, un placer.

El equipo Biziz Bizi