Crónica de los cursos de andar en bici 2019

Se abrió el telón hace 15 años. En la primera escena, una Biziz Bizi novel enseñaba a andar en bicicleta a una mayoría de mujeres y a algún que otro hombre. Desde entonces hemos sido fieles siempre a esa cita, cada año con una ilusión renovada. Este año se cierra el telón, a partir de ahora, será el Ayuntamiento de Bilbao quien de las clases de aprender a andar en bicicleta y será parecido, pero no será igual, porque este era un espacio de personas voluntarias que le devolvían a la bicicleta todo lo que ella les había dado compartiendo ese goce con otras personas.

En esta última edición ha aprendido a andar en bicicleta, el mismo día que cumplía los 70 años, una mujer muy especial. Este era el regalo de su hija, un regalo que siempre recordará. “¿No será demasiado mayor para aprender a andar en bicicleta? Le preguntó mi compañero a su hija cuando llamó para inscribirla. Y ella nos lo recuerda entre risas, con su buen humor. Pero es que, no solo ha aprendido a andar en bicicleta sino que, sonríe a cada pedalada como si los pedales estuvieran unidos de alguna manera a las comisuras de sus labios.

Como me dicen Mary y Jessica, dos jóvenes guatemaltecas que también sonríen mientras pedalean, en nuestro país somos así, sonreímos aunque luego por dentro llevemos nuestros problemas. Y me vienen a la memoria la sonrisa de Lolita Chavez y de Yolanda Oquelí, defensoras de los territorios amenazadas por las transnacionales y pucha que si es bien cierto, porque hasta ellas, cuya vida ha estado tantas veces amenazada, sonríen.

Jimmy nos cuenta que él ya nos tenía fichados antes de llegar desde Venezuela, que de pequeño no tuvo ocasión de aprender, porque la ciudad donde vivía era grande y que recientemente incluso puso un negocio de vallas publicitarias en bicicletas que no sabía llevar.

Me acerco a otra de las mujeres que pedalea concentrada y echa pie a tierra para confesarme que ni su marido ni su hijo saben que está haciendo el curso, les dice que va a tomar un café con las amigas. Su marido le decía que nunca iba a aprender a andar en bicicleta y ella quiere darle con un canto en los dientes así que el sábado, cuando vayan a la urbanización, se montará en bicicleta y mirará atentamente la cara de su marido, la persona que no creyó en ella, que no la animó. Voy a aprender por él, para demostrarle que sí puedo hacerlo. ¿Hay algo mejor que aprender a andar en bicicleta? si, aprender a andar en bicicleta en secreto y vengarse de ese patriarcado que no creía en nuestro inmenso poder.

Abel tampoco sabía andar en bicicleta y le ha costado un poco salir de la rampa de lanzamiento pero, le ha puesto tantas ganas y tesón que era imposible que se le resistiera. Ahora podrá pedalear con su peque y la bicicleta crea vínculos sanos y duraderos.

Ah! Este año nos ha acompañado una pareja de artistas que ha demostrado también su habilidad sobre la bicicleta.

Pasarán los años y nos seguirán saludando cuando nos las crucemos y nos dirán “yo aprendí a andar en bicicleta con vosotras” porque la bicicleta tiene memoria de equilibrio y largo alcance.

Cerramos con tristeza este telón con la certeza de que a lo largo de estos años hemos puesto nuestro granito para empoderar a todas esas mujeres poderosas que desafiaron a la edad, y en ocasiones a sus maridos, y dijeron “voy a aprender a andar en bicicleta”. 

¿La buena noticia? Que son nuestras compañeras quienes seguirán dando los cursos, ya las conocéis porque Montse, Javi y Mikel han sido voluntarias y os enseñarán con el amor y la paciencia que os merecéis.

BIZIZ BIZI

Vídeo del curso de septiembre de 2019