Siempre os dedicamos la crónica del curso a vosotras porque sin vosotras no hay nosotras. Pero, en esta ocasión, la vamos a dedicar a nosotras, porque sin nosotras tampoco hay vosotras. Somos complementarias.
Los cursos de aprender a andar en bici son el espacio de voluntariado que nos hace asociación. Contamos ya 18 años de enseñanza mutua. Vosotras aprendéis a andar en bici y nosotras, las personas voluntarias, aprendemos de vuestras ganas, de vuestra energía de vuestro tesón… Aprendemos que nunca hay que abandonar esos pequeños sueños que duermen agazapados en nuestras conciencias.
Os vamos a confesar que a veces pasamos miedo, si, miedo a que os hagáis daño y se nos encoge un poco el estómago cuando os vemos en el suelo y corremos apresuradas.
También os confesamos que se nos contagia vuestra alegría, que gritamos, aplaudimos y disfrutamos con todos y cada uno de vuestros logros.
Ese camino en el que avanzáis entre el miedo y la esperanza del pedaleo en equilibrio es el que nos une curso tras curso.
A las mujeres de la asociación nos satisface doblemente este parche que ponemos al patriarcado muchas veces causante de que seáis mujeres en su mayoría las que nos acompañáis en los cursos.
Tenemos un alto porcentaje de éxito porque nuestra técnica se basa en la escucha, el respeto y el amor.
Gracias a vosotras por querer pedalear libres, gracias a nosotras por compartir lo mucho que nos hace disfrutar la bicicleta cada día.
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