Se suele decir que de todas las crisis se aprende, y ésta que estamos padeciendo tiene muchas lecciones que darnos. Y es que, cuando salgamos de ella, no deberíamos volver a cometer los errores del pasado.

El estado de alarma nos ha dejado unas calles más limpias y sin apenas contaminación. Ahora es el momento de olvidarse de seguir haciendo autopistas alrededor de Bilbao y otras obras faraónicas que no hacen más que endeudarnos a la población y empezar a invertir en otros proyectos más cercanos a la ciudadanía.

Si se hace una autopista se fomentará el uso del coche. Si se crea una red de bidegorris que conecte los diferentes municipios se usará más la bicicleta en los desplazamientos diarios. Para antes de 2016 se nos prometió una serie de ejes ciclables por toda Bizkaia, pero seguimos sin verlo echar a andar.

Mucha más gente utilizaría la bicicleta si tuviera un carril bici seguro para desplazarse pero en la actualidad, para entrar o salir de Bilbao, hay que circular por una carretera con gran densidad de tráfico motorizado y que circula a gran velocidad.

Sr. Unai Rementeria, si Gipuzkoa ya apostó en su día por ello y cuenta ahora con una importante red de bidegorris por toda la provincia, no veo por qué aquí no podemos tener algo parecido. Debe de ser que allí están más cerca de Europa.

Javi Umaran. (Barakaldo)