La mejor ciudad europea en 2018 ahora sera también sede de los premios MTV Europa en el BEC. Magnifica ocasión para darnos a conocer mundialmente y, cómo no, para que el turismo de todas partes del mundo nos visite.
Sin embargo la imagen que damos al resto de Europa es pésima. Más de 315.000 vehículos entran cada dia a Bilbao, una ciudad creada y dedicada al coche, aunque tenemos transporte público de sobra para elegir dejarlo en casa. Cualquier ciudad al norte de los Pirineos ha mirado y ha visto a la bicicleta como una solución a los problemas de atascos en las grandes ciudades y, en consecuencia, han ido adaptando sus calles a este medio de transporte tan limpio como económico.
Desde las instituciones nos hablan mucho del cambio climático y de los medios de transporte sostenibles. Pero mientras se construyen por un lado kilómetros de autopistas y se invierten millones de euros en trenes de alta velocidad y la Variante Sur Ferroviaria poco o nada de dedica a la movilidad sostenible y la conexión del Bilbao metropolitano con los municipios lindantes entre sí. Necesitamos movernos en bici con seguridad, bien sea por la margen derecha, la cuenca del Nervión, la del Ibaizabal hacia Amorebieta y Durango o la margen izquierda.
Al llegar a Bilbao la gente que nos visita nos pregunta: «¿Y donde está el bidegorri?» o «¿De verdad no se puede ir a la playa en bici?» a lo que nos encogemos de hombros y contestamos: «Es que en Bilbao somos así.» En serio, si queremos que a Bilbao se nos mire con envidia desde fuera hay que cambiar mucho las políticas de circulación y abrir paso a la bicicleta y al transporte de verdad sostenible.
Javi Umaran
El cambio en Oslo
Los nuevos ciclocarriles de Bilbao
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